Antonio Aparici Díaz nació el 21 de Julio de 1929 en Almuñecar (Granada). Cuando tenía pocos meses murió su padre, dejando a la familia sumida en la miseria; el pequeño Antonio pasó varios años de su infancia en beneficencia. A los dos años la familia se trasladó a Alcoy (Alicante), "población en donde quedan fundidas las secuencias, recuerdos y avatares de mi vida durante cuarenta y cuatro años". A su manera el pequeño es hombre de fe: “Los libros escaseaban igual que el pan, y del suelo recogió un trozo de periódico; en su afán de saber empezó a leer unas palabras de alguien llamado Castelar: “Lo obsoleto y lo mayor, lo mejor, lo más perfecto que hay en la creación, en los seres de nosotros conocidos, es el alma humana, lo espiritual”.
En tanto esa fe llega a consolidar, Antonio Aparici pasa desde el asilo de beneficencia, los curas y la exigua experiencia de la escuela, a convertirse, merced a su propia curiosidad por todo lo que le rodea, en autodidacta.
Ocupa su lugar de aprendiz en la fábrica textil, trabaja de botones, camarero, droguero, venta de electrodomésticos, seguros, sin dejar de exhibir su bondad y rectitud, y esa extraordinaria fantasía que siempre le ha acompañado, siendo muy proclive a abanderar las causas nobles de la vida.
Apenas finalizada la guerra civil el único billete de 25 pts válido que su madre conservaba, fue dividido monetariamente para darle a una compañera de trabajo ese dinero que precisaba para volver a Madrid. Diecisiete años después, aquella mujer regresa a Alcoy acompañada de su hija Maruja Fernández y el joven marido de ésta, el pastor evangélico Adolfo Lahoz, iniciando desde la fe lo que hoy es una iglesia consolidada.
Antonio se casó con Marita (María) Pastor Soriano en Alcoi el 25 de julio de 1955.
En 1958 Antonio Aparici da testimonio de su fe, alcanzando ser uno de los seis primeros miembros de la Iglesia Bautista de Alcoy siendo bautizado un 20 de septiembre de 1959. En unión de su madre y de su esposa, el 8 de diciembre de 1960 forma parte de los 26 miembros constituyentes de dicha iglesia.
El 9 de Enero de 1967 fallece su esposa después de atravesar una largísima enfermedad de corazón y dejar huérfanos a tres niños muy pequeños, que inauguraron el internado Betel de la iglesia de Alicante. Al año siguiente fallece su madre y unos meses más tarde un hermano suyo. En vez de desfallecer, puso su confianza en el Señor y seguía tirando del carro de la familia, y de su incipiente iglesia, predicando, punto de misión y llevando las finanzas desde la diaconía.
El 26 de Enero de 1968 se volvió a casar con la intención de tener nuevamente unida a toda la familia con Amparo Roig Sancho de la iglesia de Turís (Valencia).
Desde 1974 se traslada con toda la familia, por motivos de trabajo, a Alicante, donde reside en la actualidad.
En las iglesias en las que ha asentado su membresía, ha demostrado su generosa entrega; las causas nobles de la vida merecen ser vividas con intensidad. En la Asociación del Sureste laboró desde sus inicios alcanzando la secretaría de la misma en la década de los ochenta. Escribió un libro “El derecho a Asociarnos” y siempre mostró la idea de “unidad del pueblo bautista” delante de los conciudadanos y de las distintas autoridades. Está orgulloso de defender y transmitir el Evangelio de su Señor.
Cuando le llega el momento de su jubilación laboral, piensa en dedicarse a sus aficiones favoritas, pescar y leer. Pero el desarrollo de acontecimientos en el seno de la iglesia de Alicante, motivaría el que abandonase para siempre sus merecidas pretensiones de descanso, aceptando ser nombrado administrador de aquella iglesia durante varios años.
Hoy, a sus 78 años de edad Antonio Aparici Díaz es un consumado escritor de investigación histórica, que ha sabido granjearse una merecida reputación como escritor y persona, alcanzando calladamente la publicación de seis libros: “Asociación o el derecho a conocernos mejor” (1987); “Historia y raíces de los bautistas en Alicante” (1992); “Úbeda, recuerdos biográficos de inestimable valor” (1996); “La Escuela Modelo de Alicante 1987-1997” (1997); “Origen y desarrollo de la Primera Iglesia Evangélica Bautista de Elche” (1998); “El Alicante de su Hijo Predilecto: Salvador Sellés Gosálbez” (2002) editado por el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. Actualmente ha culminado el manuscrito de su nuevo libro sobre las Reliquias, y está en marcha la reedición del libro sobre la Escuela Modelo de Alicante.
En la tranquilidad de la vejez, sigue defendiendo aquellos “principios” de fidelidad a su Señor, a su iglesia, y a los bautistas. Es un ejemplo de entrega, tesón, esfuerzo y de fe, para nosotros. También, como figura pública, ha dicho y mantenido su palabra y su fe en donde estuviese, lo cual le ha acarreado duras críticas. En la actualidad, en momentos que” todo vale “, hace falta recordar a muchas personas como Antonio Aparici Díaz, personas que han perdido su trabajo en varias ocasiones, que han perdido su dinero, que han sido señalados por los vecinos, que han pasado distintas vicisitudes por ser “evangélico protestante”.